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A Mordaza-Miento

Acabo de abrir ésta entrada, para dar rienda suelta a nuestro pensar, porque éste es un Blog pluralista, demosocial-pluscuan-cristiano, donde el respeto por el libre pensamiento y el ejercicio del derecho a decir estupideces no está garantizado, ¡Así que piensa bien lo que escribes!
(El Doc.)





LA LEY DEL QUE PUEDE… ¡PUEDE!
Por  F. Airetner
01/2013

Nuestros sabios congresistas,
después de muchas sesiones,
plagadas de discusiones,
lograron pulir aristas.
Con habilidad de artistas,
mostrando su sobriedad,
con criterio y unidad
de manera sorprendente,
aprobaron contundente
la “Ley de la Gravedad”.


Y en un derroche de tino
para el gasto manejar,
sin dejarse presionar
no desviaron su camino.
Seguros que su destino,
necesita algún refuerzo,
con la tenacidad del cierzo
invernal, se unificaron
y unánime promulgaron,
la “Ley del Menor Esfuerzo”.


Hijos nobles como son
de la patria no negados,
nunca serán ignorados
en su extraña sin razón.
Sin negar la desazón,
Que niega todo histrionismo,
los padres del patriotismo,
decidieron aprobar,
con negación del negar…
la “Ley del Negacionismo”.


Confundidos entre leyes,
sueldos, bonos, comisiones,
roches, interpelaciones,
avanzan a paso de bueyes.
Pero inmunes como reyes,
quieren pasar a la historia,
yo creo que en la memoria,
quedarían sin dudar,
si consiguen revocar,
la “Ley de Revocatoria”










Una Esmeralda llamada
SERAFINA

El primer día de Agosto del año 1902, en el número uno de la calle Tayacaja en el Cercado de Lima, nace Esmeralda González Castro; fue su madre la poetisa y escritora limeña, Delia Castro Márquez y su padre, el Poeta historiador y diplomático ecuatoriano Nicolás Augusto González Tola, quien luego de su estadía por nuestro país, partiría para nunca más volver, situación que posiblemente marcó la fructífera existencia de Esmeralda, fomentándose una estrecha relación entre su madre y ella.

Transcurrió su infancia, adolescencia y juventud, entre la lucha de su madre por mantener la estabilidad económica y la efervescencia literaria muy marcada en su entorno.  Lo primero porque en  aquellos años, el rol de la mujer estaba limitado social, política y económicamente; Doña Delia como escritora y poetisa y ella, sin un padre que la apoye, sufrieron la discriminación de una sociedad mentecata; y lo segundo, por su cercanía familiar y amical con grandes de la literatura de aquel entonces como Rubén Darío y José Santos Chocano, que frecuentaban la casa junto a otros personajes de las letras. Se respiraba poesía en su humilde hogar, cosa que compensó según propias palabras de Esmeralda, toda iniquidad.

Es en el año 1939, a raíz del decaimiento de la salud de Doña Delia, que Esmeralda, obligada por las circunstancias, (los cinco soles que le pagaban a su madre por escribir monólogos para Radio Nacional) empieza ella a hacerlos, los mismos que fueron interpretados por Teresa Arce “La Chola Purificación”, iniciándose así a los treinta y siete años en una labor ininterrumpida en el ámbito literario y musical que trasciende hasta nuestros días. Siguieron luego una serie de versos que presentó a un concurso que organizaba la revista “Altavoz”, ganando el primer lugar con la letra de “La Muñeca Rota” y obteniendo menciones honrosas con otros tres versos.

Decide juntarse con su prima hermana Enma Castro y bajo el seudónimo de “Las hermanas Quinteras”([1]) realizan una labor tanto musical como radial, es a partir de entonces que le llamaremos como se le conoce hasta hoy “Serafina Quinteras”. Son de esta época los valses “La Muñeca Rota”, “Todo y Nada” y “El Ermitaño” entre otros, así como las presentaciones radiales de Las Hermanas Quinteras en Radio Nacional (1,940) en la que hacían monólogos versados vastos en picardía y sátira costumbrista).
Continuó escribiendo, fue la primera vez se pagaba por poesía publicada en “El comercio”, siendo singular que una dama se ganara la vida así. En el año 1,941 publica su primer libro de poemas “Así Hablaba Zarapastro” título que parodia la obra la obra de Nietzsche “Así habló Zaratustra”, en la que incluye versos llenos de humor irónico. Poco después, en Radio Nacional produce un programa llamado “De La Misma Laya” que diera origen al libro que le publicó el Congreso de la república con el mismo nombre y que constituye el más grande aporte literario de Serafina. “De la Misma Laya” es el compendio biográfico más grande que se ha escrito sobre la historia del costumbrismo en el Perú, en la que se incluyen más de cincuenta autores o protagonistas del mismo, con críticas y apreciaciones de inigualable pulcritud.
A la par de su labor investigadora, Serafina continúa escribiendo para radio, revistas y periódicos, con distintos seudónimos, como “Pancha Remolino” y “Demetrio Rueda”, escribe canciones, trabaja como correctora en el congreso de la república, hace vida familiar y se constituye en ejemplo del nuevo rol de la mujer en su generación.

Hablar de Serafina, es tocar todas las esferas del femenino humanismo, en su personalísimo humor destila además, una modestia propia sólo de los grandes, sobresaliendo aún en los aspectos más cotidianos; como el de madre, que con orgullo exhibía y no por poco, teniendo en cuenta que su hija fue nada menos que la gran poetisa contemporánea, Blanca Varela y sus otros hijos notables artistas. Nos dejó un trece de Mayo de 2003 a los 101 años, luego de de casi un siglo de hacernos reír y llorar a través de sus obras, me tocó el privilegio de su amistad, esa que trasciende el tiempo, la fama y la fortuna, como me lo dijera en la frase que ella misma acuñó, refiriéndose a ello: somos “De La Misma Laya”.

Fernando Rentería.




(1)El seudónimo SERAFINA QUINTERAS, lo adquiere por su admiración a los grandes autores teatrales españoles Hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quinteros. Su prima hermana Emma Castro Pervuli, asume el seudónimo de JOAQUINA QUINTERAS y juntas inician una grata trayectoria dentro de la música criolla peruana, componiendo canciones como "El Ermitaño", "Todo y nada" y su más grande éxito, "La Muñeca Rota".



El Extraño Arte De Decir Nada
.- Mi amigo Daniel Ochoa, me pidió hace no sé cuánto, que escribiera un artículo, de lo que sea; sí que me tomó tiempo decidir qué decir. Y es que creo que el gran problema existencial de éste neo-vanguardista postmodernismo recargado, es precisamente eso… ¡Qué decir!... ¿Y cómo hacerlo?.

Y… Me dice ¡Nada!
Hoy leo una vez más la poesía aquella…
La que me dice nada,
hurgo entre sus líneas, me sumerjo en sus abismos literales,
escudriñando sus paisajes, sus pausas,
agoto mis intentos por entenderla, pero ella... me dice ¡Nada!
La miro, la volteo, le grito, le enrostro su silencio,
la amenazo, me burlo de ella,
golpeo con el puño su pálido rostro de papel,
¡Le juro no verla más!... ¡Nada!, ella me dice… ¡Nada!
Sigue con su misma mueca inerte, de paloma disecada,
insensible a mis afanes, indiferente tal vez a mi ignorancia,
hasta trato distraído de olvidarla,
pero tarde o temprano nos cruzamos, y sigue la gélida emboscada,
¿Pretende atraparme ? ¿Para sumergirnos quizás, en su mudo lenguaje de palabras?
¡En su crucigrama de silencios!
Y entonces como ella, de cara a la vida, fruncir el ceño,
cuadriculando el rostro con firmeza,
Para lanzar como bola de fuego una sentencia,
pero que sólo diga… ¡Nada!
(FERS)
Es que el extraño “Arte” de decir nada, me sobrecoge, rompe mis esquemas, atiza ésas poquísimas neuronas que utilizo para pensar con coherencia, para inventarme razones y acabo finalmente agotado. Amo la poesía aquella, la sencilla, la que me lleva a ésos rincones del alma donde se confunden las imágenes, donde el beso es de acero y las ideas se fusionan matizadas de palabras, allí el túnel del tiempo cabe en una hoja de papel y la amo porque no intenta mentirme, ni impresionarme, tan sólo se deja ver, como los médanos o las dunas, ¡Sencillamente extraordinaria!. Pero odio a ésa otra, la que se viste bonito, la que se colorea buscando llamar la atención, llena de frases perendengues y profundidades alambicadas, la que no es sincera porque sólo trata de embobarme.
Llueve el canto de un sol enrarecido,
Nubes de mar se agolpan en un cielo serrano,
¿Qué flores se negaron a marchitarse?
¡Porfía! ¡Cuánta porfía! Hay en lo indecible.
¡Claro! Dice así porque no la entiende dirán unos; y… si, es posible, pero pregunto yo ¿Hay que explicar la rosa? ¿Debo traducir la brisa de invierno? Si es así, vale más dejar la hoja vacía, con su nívea belleza natural, que imprimir jeroglíficos adjetivos de únicamente retórica trascendencia.
Me suscribo ignorante, si es preciso sin-vergüenza, con la sinceridad del que, después de haber leído a Martí, Vallejo, a Borges, a Martín Adán y otros tantos poetas culpables de sendas migrañas, sólo le avergüenza callar. He de vivir a fondo, si es menester diciendo estupideces, que alteren la rutina, que muevan la conciencia, prefiero ser un estúpido en erudición, al que todos entiendan, que enredarme en un charco de frases bellas pero inútiles.
Ser Poeta o Cantautor o Artista plástico... o Comunicador en cualquier gama de la ciencia y el arte, trae consigo un compromiso con el mensaje y respeto por nuestros interlocutores.
Empecé torpemente tratando de NO decir NADA, (o sea de decir algo) y con las disculpas respectivas a Daniel, (por la demora) termino éste artículo.

EL SEXO EN LA MÚSICA CRIOLLA
(Por: FERS)

“Vengo a tus pies nevados,/ cual las rugientes olas/ en el inmenso, vago,/ y eterno murmurar,/ para mirarte a solas,/ y verte en torno mío,/ luchando sin cesar”.
Rezan los primeros versos heptasílabos de “Celaje”, Valse de comienzos del siglo pasado, que dibuja pues la “Osadía” erótica de nuestros abuelos, demasiado cercanos herederos de la pacata era victoriana. Y es que a nuestras abuelas, que no sabían de la píldora, (menos de la pastilla del día siguiente), ni de la “T” de cobre o preservativos de sabores, se les tenía que convencer así;
Eran los estertores del romanticismo Becqueriano, de muselina y encaje chantillí, que en vano trataban de ocultar lo inocultable: ¡Nuestros abuelos eran tan calientes como nosotros! Quizás más ingeniosos, obligados por las circunstancias.
Felipe Pinglo Alva, notable por su vena productiva, sobre todo a lo cotidiano, no pudo estar ajeno al tema… El remedio fatal,/ es querer sin amar,/ gozar de la mujer,/ por coquetear… ¡Menos! El libertino Alejandro Ayarza “Karamanduka”… Pásame la huilla (la plata), / Pásame la huilla / que así las educa / a sus muchachonas el Karamanduka… (recontra proxeneta). En todo tiempo se cuecen habas, y promediando el siglo XX la temperatura aumenta… Ese cuerpo es de pecado / Y en su ansiedad bacanal, / palpitando todo tu ser / porque siempre triunfará la mujer… Tema escrito por Pinglo en los treinta, pero que se populariza en los cincuenta, junto a “Sueños de Opio” ¡Atrevidísimo!... Sus miradas son de fuego, me enloquecen / ellas me aman y me ofrecen frenesí / en sus rostros de querube o de nereida / se adivinan deseos de goces mil.
Hablar de sexo o erotismo en la música criolla, es caminar al ritmo de la historia; con la llegada de la discografía y de la radio, llega ésta a la cúspide de su popularidad con temas a la “Víbora”, “Mala mujer”, “Flor de fango”, que nos dejó como un “Tronco seco” diciendo “Regresa” bajo una “Nube Gris”, pero como “Todos Vuelven” “Cuando llora mi guitarra”, Luis Abelardo Núñez con “Ansias” nos dice… En tu fresca boca el eco de un beso será sinfonía, cuando llegue el día /que con ansias locas me entregues tu amor… Siempre va el toque sexual, bellamente dibujado por su autor, se tenía que ser fino, elegante e ingenioso, aunque el fin era el mismo, seducir no era barato.
Entre el sesenta y setenta, junto al movimiento hippie de paz y amor libre, el Rock and Roll y el modernismo en todo su auge mundial, el erotismo se torna un poco más directo, Chabuca Granda nos dice, ¿Cómo será mi piel junto a tu piel? ¡Cardo o ceniza!... si he de fundir mi espacio frente al tuyo… ¿Cómo será tu cuerpo al recorrerme?... ¡Uf! ya no sigo, es todo un orgasmo hecho poema-canción, algo común en el estilo de nuestra gran Chabuca, pero que ésta vez, se abre a la natural sensualidad y sexualidad del criollo actual. Y el velo se sigue descorriendo y las nuevas generaciones se van engendrando al compás de… ¡Que somos amantes! / los que a escondidas / en una caricia se entregan la vida… también de... Aquí, en ésta habitación / donde antes de partir / hicimos el amor… donde José Encajadillo expresa el sentir de la sexualidad contemporánea, un poco más abierta, sin dejar de ser poética, porque creo yo, que cuando el tema sexual en una creación ya sea literaria o musical, no va acompañada de figuras literarias (metáforas, símiles etc.) se envanece, se vuelve anodino y cae en la trivialidad , el facilismo, se torna hasta obsceno, basta con escuchar cosas como…Dame tu cosita sí, sí… ¡Perrea mami perrea!… ¡Chúpalo, chúpalo!... ¡Así, así, mueve tu colita!... que tantas sonrisas nos pueden haber arranchado dada su osadía, pero que quedarán seguramente sólo en el anecdotario de los ritmos musicales de los comienzos de éste siglo, y jamás llegarán a la categoría de los temas anteriormente citados.
A modo de epílogo a éste artículo, que supongo se me encargó por mi labor como cantautor y no por lo calentón, quiero añadir que el tema sexual ha sido, es y será un “móvil”, un motivo para la música en general, porque lo es para el hombre en sí; tan sólo se vestirá diferente de acuerdo a las corrientes ideológicas predominantes. En todo caso si lo vale, para aquellos que incurran en éste bello pero controvertido quehacer va un consejo gratuito:
Lo dice la letra de una canción mía grabada hace algunos años, por Rossana Molina, intérprete amiga y que versa así….¡Despacio! quiero tu amor, despacio / beberlo sorbo a sorbo / sentirlo paso a paso / acaso cual luz en el ocaso se fundan nuestros cuerpos / llenando un solo espacio… ¡Que no nos faltará noche! / y el alba se ha de prestar / para una entrega final / te juro, no habrá un reproche… Así que ya saben ¡Quieto locos! Que por “Arriola” se va
a “Canadá”.

Clasificados (El Trome)
Me llamo Fernando o simplemente FERS; soy un Cantautor maduro, (tío) sano, agarrado (¡No por tacaño ah!) 1.70 m. de estatura, mi cabello fue ondulado y oscuro (¡Snif!); de mente abierta, cariñoso, amable y caballeroso, dispuesto a satisfacer tus fantasías más perversas, (como prenderle fuego a los pollitos o quitarles las patitas a las mariposas). Si lo que quieres es lujuria, sexo ardiente y orgasmos múltiples, ¡No cuentes conmigo! Llámame al 7792462 o búscame en Av, Cuba 1145 3° Piso Jesús María.
P.D. ¡Ojo! Lo hago por amor, no por dinero,